Época: Dinastía XII
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
Epoca clásica: Dinastía XII

(C) Antonio Blanco Freijeiro



Comentario

Emulando a los faraones del Imperio Antiguo, también los del Medio fundaron ciudades anejas a sus pirámides, destinadas primero a residencia de sus constructores, y después a quienes habían de vivir dedicados a su conservación y al culto del faraón difunto. Estas ciudades-pirámide tuvieron una notable consecuencia social: que siendo sus ciudadanos los súbditos de un rey del pasado, se hallaban exentos de las obligaciones propias de los ciudadanos normales. Como hijos de un rey muerto, se les llamaba los huérfanos; pero esta horfandad constituía en realidad un privilegio, puesto que ellos eran los únicos hombres verdaderamente libres de la sociedad egipcia. De ahí que en el Imperio Nuevo la palabra huérfano pasase a significar lo contrario que esclavo.
El nombre antiguo de Kahun era Hetep-Senusret (Sesostris está satisfecho), haciendo honor al fundador, como su planta la hace al concepto de ciudad que éste sustentaba. El área de la ciudad, de 350 por 400 metros, está delimitada por un muro de adobe y perfectamente orientada hacia los cuatro puntos cardinales. Todo esto responde plenamente a la mentalidad de los constructores de las pirámides, con sus preocupaciones astronómicas y geofísicas, e incluso a la ordenación del campo de mastabas de Giza, de modo que un urbanismo de este tipo, ortogonal y de tendencia hipodámica, era de presumir antes de que la realidad viniese a confirmarlo.

En efecto: la ciudad parece haber sido planificada sobre una cuadrícula, pero sometida desde el primer momento a la imperiosa necesidad de ahorrar espacio, y por tanto, a la supresión de lo que hoy llamaríamos espacios libres y de un elevado número de calles que ocuparían buena parte del precioso suelo disponible. Por razones que ignoramos (ya que no tenemos motivos para pensar en razones de seguridad), la ciudad tiene un verdadero ghetto en todo su flanco occidental: unas doscientas casuchas, de tres habitaciones como mucho y una terraza con su escalera de acceso, alineadas a los lados de largas calles paralelas, de cuatro metros de anchura. Entre cada dos calles se apretujan dos hileras de casas que comparten por la espalda una misma pared. Las calles y las manzanas intermedias no producen tanto el efecto de una cuadrícula como el de los renglones de una plana rayada, pero por un extremo estos renglones se hallan cortados por una calle perpendicular, de unos ocho metros de ancho, que evidentemente era la principal. El barrio tenía su puerta de entrada por el extremo sudoeste y estaba totalmente separado del resto de la ciudad por una muralla igual a la exterior y estrictamente paralela a la calle principal, que corría -y era la única en hacerlo- de norte a sur.

El sector oriental de la ciudad, mucho más extenso que el anterior, hace gala de mayor variedad. Tuvo, en primer lugar, adosado al muro norte, un edificio de cierto empaque, que Petrie denominó acrópolis interpretándolo como residencia regia, primero, y de la autoridad ciudadana, después. Una escalera regia y una relativa abundancia de columnas parecen darle razón, pese a lo muy arrasado que estaba. En línea con este edificio, y en la acera de enfrente, hubo una decena de casas, en cada una de las cuales cabían veinte casuchas del barrio obrero antes descrito, aunque las habitaciones de estas casas tampoco eran muy espaciosas, sino angostas. Pero las casas en cuestión se permitían el lujo de tener salas y patios columnados, cuartos de baño e incluso pinturas murales, muy curiosas e interesantes por hacer uso de ventanas simuladas como tema decorativo.

Aparte de estas mansiones evidentemente suntuosas, el resto de las viviendas es del mismo tipo de ciudad-colmena que el barrio oriental. Pese a las angosturas, la ciudad no debía resultar muy agobiante, porque todas estas casas eran de una sola planta, y las otras, las de lujo, de dos. Dado lo pequeño del recinto, tanto los niños deseosos de jugar, como los adultos amigos de la naturaleza y del paseo, tenían a mano amplio campo a extramuros del caserío.